Christmas Message from Bishop Singh
Love came down at Christmas. Love all, lovely love divine. Love was born at Christmas, star and angel gave the sign. Beautiful words from Christina Rosetti, reminding us of the beauty of Christmas which combines the deep vulnerability that God would come and become like us.
My first experience as a priest of Christmas was in a very remote village in South India and the only place that we could meet on that dark, starlit night was in a cattle shed. And so there we were, sitting among the animals with the smells and everything that goes with being in a cattle shed.
It reminded me of how deeply God loves us. That God would choose to become dirty and vulnerable and to communicate this love.
The second thing that stands out for me in this love is the deep trust that God has – that we will take care of each other. God became a human being in the form of a baby entrusted to human hands: Mary’s, Joseph’s, yours, mine – that we will take care of each other, especially the vulnerable, the lonely, the elderly, the refugee, the one who doesn’t agree with us politically. Let us trust again and again, wisely, but trust again.
And finally, it takes agency for us to actually translate these beautiful concepts of vulnerability and trust. And so I invite you to appreciate the essence of Christmas by reaching out and acting out in love, in great vulnerability, and trust so that you may be a channel of love in a real way wherever you are.
I look forward to coming to you as your bishop provisional and wish you a Merry Christmas, a Happy New Year, and a blessed journey that we will engage together with Jesus walking beside us and perhaps creating a new thing by the Spirit’s leading.
In my encounters with you, I have seen you always hold your palm up and every time somebody did that to give me directions, I took that as a sign of blessing. So the blessing of God Almighty, the Father, Son, and Holy Spirit, be among you and remain with you now and always. Amen.
El amor bajó en la Navidad. Ama a todos, amor divino encantador. El amor nació en la Navidad, la estrella y el ángel dieron la señal. Las hermosas palabras de Christina Rosetti, nos recuerdan la belleza de la Navidad que combina la profunda vulnerabilidad de que Dios vendría y llegaría a ser como nosotros.
Mi primera experiencia como sacerdote de la Navidad fue en un pueblo muy remoto en el sur de la India y el único lugar que pudimos encontrarnos en esa noche oscura y estrellada fue en un cobertizo de ganado. Y ahí estábamos, sentados entre los animales con los olores y todo lo que conlleva estar en un cobertizo de ganado.
Me recordó cuán profundamente Dios nos ama. Que Dios eligiera ensuciarse y volverse vulnerable y comunicar este amor.
La segunda cosa que se destaca para mí en este amor es la profunda confianza que Dios tiene: que nos cuidaremos unos a otros. Dios se convirtió en un ser humano en la forma de un bebé confiado a manos humanas: María, José, la tuya, la mía, que nos cuidaremos unos a otros, especialmente los vulnerables, los solitarios, los ancianos, los refugiados, el que no está de acuerdo con nosotros políticamente. Confiemos una y otra vez, sabiamente, pero confiemos de nuevo.
Y finalmente, se necesita de agencia para que realmente traduzcamos estos hermosos conceptos de vulnerabilidad y confianza. Y por eso los invito a apreciar la esencia de la Navidad al llegar y actuar con amor, en gran vulnerabilidad y confianza para que puedan ser un canal de amor de una forma real dondequiera que estén.
Espero venir a ustedes como su obispo provisional y les deseo una Feliz Navidad, un Próspero Año Nuevo y un bendito viaje que emprenderemos junto con Jesús caminando a nuestro lado y tal vez creando algo nuevo por la guía del Espíritu.
En mis encuentros con usted, los he visto siempre levantar la palma de la mano y cada vez que alguien hacía eso para darme instrucciones, lo tomaba como una señal de bendición. Así que la bendición de Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, estén entre ustedes y permanezcan con ustedes ahora y siempre. Amén.